miércoles, 9 de mayo de 2007

El coraje de los Yacu Tayta

Un reportaje de aquellos que nos evidencian que no todo está perdido...

( Por Carlos Páucar, 9 de mayo de 2007, http://www.larepublica.com.pe)

Cierta vez una turista norteamericana le preguntó a Fernando Chuquival Pisango si era cierto que tenía numerosos hijos. Pues sí, afirmó él, tengo 12. Sorprendida, ella le comentó: En Estados Unidos solo tenemos uno o dos hijos, o hay que pagar muchísimos impuestos. Fernando le respondió: Acá, en cambio, en el Perú, nos obligan a tener 12 hijos... para algún día poder invadir los Estados Unidos.
Chuquival es uno de los líderes de los Yacu Taytas. Siempre está listo para la broma, para la risa. Pero también para soltar verdades. "Lo cierto es que muchos de los que pertenecemos a este grupo formado en la comunidad de Manco Cápac antes fuimos depredadores de los recursos de El Dorado, como el paiche y los huevos de la taricaya, practicábamos la tala ilegal del cedro y la caoba, hacíamos lo que queríamos con nuestra naturaleza, pero todo cambió cuando formamos Yacu Tayta".
Comunidad vigilante
Los Yacu Tayta (Padres del Agua) se formaron en 1994. En aquellos años la impresionante cocha El Dorado era solo puro paisaje, pues el gran paiche casi había desaparecido. Las tortugas, monos, aves, lagartos, el manatí y el voraz lobo de río estaban al borde de la extinción. El panorama era alarmante, desolador.
Fue entonces que se reunió un grupo de pescadores de Manco Cápac, comunidad a orillas del río Ucayali, y formaron los Yacu Taytas, la primera y más exitosa organización de protección del medio ambiente y de manejo sostenible en la Reserva Nacional del Pacaya-Samiria. La República (periódico) viajó hasta esta zona agreste de la Amazonía loretana, primero a bordo de un deslizador y luego –en varias horas de recorrido– dentro de un estrecho, duro, pero eficaz peque peque. Sobre esta nave de cedro pudimos atravesar la enmarañada vegetación y las extensas áreas inundadas de selva, debido a la época de creciente (que va de noviembre a mayo).
En el lugar también hallamos al legendario y valiente "Tío Hugo". Ayacuchano él, pero quien por amor llegó a vivir a la pujante comunidad de Manco Cápac. Allí aprendió a convivir con la selva, con los eternos desafíos de la Amazonía. Fundador de Yacu Tayta, hoy sigue siendo uno de los más entusiastas integrantes –son 20– de esta organización comunal.

Riesgos y progresos

Hugo Pineda del Castillo, "Tío Hugo", debe seguir batallando, junto a su grupo, por la protección, el aprovechamiento controlado y el monitoreo de las actividades en la cocha El Dorado. "Cuando recién iniciamos nuestra labor, monitoreamos y apenas hallamos a 4 paiches en la zona. Con bastante trabajo logramos su recuperación".
Hace dos años, grupos ilegales de tres comunidades, entre ellas de Bretaña, invadieron sorpresivamente El Dorado, superaron en número a los vigilantes, los inmovilizaron, y capturaron 100 paiches, fruto de la labor de los Yacu Tayta. Los principales cabecillas de ese hurto siguen siendo prófugos de la justicia. ¿El resultado? En la zona todavía no se recuperan de esa pérdida: los ingresos disminuyeron para este grupo organizado.
Como ocurrió con el paiche, gracias a la tenacidad de los Yacu Tayta también se recuperó a poblaciones enteras de la taricaya. En solo 4 años aumentó el número de hembras desovadoras –las más buscadas por los extractores– de 290 a 1,010, un incremento de 350%. Este éxito solo se compara con el boom de la arahuana, pez bastante solicitado, con fines ornamentales, en países del Asia.
El "Tío Hugo" comenta: "Ahora se ven los frutos del manejo sostenible que realizamos con los recursos naturales". Su empeño no decae, pese a que vive preocupado en estos momentos, ya que requiere ayuda para enfrentar la epilepsia que padece su hijo mayor, Henry. Sus otros hijos, con nombres de futbolistas, Ronaldo y Romario, y Cinthia, completan su dicha familiar.

Trabajo de hormiga

El éxito de Yacu Tayta se ha multiplicado. Nuevos grupos se forman al observar que los recursos aumentan gracias a los Comités de Gestión formados en la reserva. Los Tigres es uno de ellos. Los Tibes es otro. En total, 120 familias ya forman parte de diversas organizaciones.
Así como los Yacu Taytas, en la Reserva Nacional Pacaya-Samiria (la segunda más grande del Perú) varias comunidades hacen "un trabajo de hormiga" para proteger el medio ambiente. Han formado Juntas de Vigilancia, Comités de Gestión, elaboran Planes de Manejo de los recursos. Porque, como lo explica Rosario del Águila, bióloga de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), lo valioso "no es solo la protección de la naturaleza sino del desarrollo de las comunidades locales".
Importan aves y quelonios, palmeras y peces, pero también importa, y mucho, el desarrollo de los pobladores, sin poner en peligro el frágil ecosistema del Pacaya-Samiria.La labor de la AECI, de organizaciones como Pro Naturaleza y Green Life de aliarse con las comunidades para salvar la reserva, tiene ese norte. De allí, el surgimiento de Organizaciones Sociales de Procesadores y Pescadores Artesanales (OSPPA), Organizaciones de Manejo de Recursos Naturales (ORMARENA) y Comités de Palmeras (COMAPA).
De allí, el valor de acciones como las de Norma Tabinche, mujer que hace vigilancia y monitoreo junto a varones en San Jacinto. O de Jaime Latorce, encargado del Puesto de Vigilancia de la cuenca de Yanayacu-Pucate. O de Marisol Dosantos, regidora de Manco Cápac, una de las más activas del área. Seres que luchan por un mundo mejor.

Turismo sí, pero con planes de desarrollo

Las comunidades que participan en los programas de conservación en el Pacaya-Samiria gozan de los beneficios del proyecto ecoturístico "Rumbo al Dorado", que busca promocionar esta hermosa reserva sin amenazar su equilibrio ecológico. Los pobladores son conscientes de que el Pacaya-Samiria alberga los humedales más ricos en diversidad biológica y productividad de los trópicos, por lo que toda acción turística se planea protegiendo esa enorme riqueza, y por supuesto ayudando a las economías locales, según explicó la coordinadora de Pro Naturaleza, María Elena Lau.
El consorcio "Rumbo al Dorado" está formado por 5 miembros: tres asociaciones locales de manejo (Yacu Tayta, Yarina y Veinte de Enero) y dos ONG (Pronaturaleza y Green Life). Este consorcio ha sido reconocido tanto nacional como internacionalmente por ser un modelo de ecoturismo sostenible. La Organización Mundial de Turismo (OMT) lo consideró como una de las 64 pequeñas empresas ecoturísticas ejemplares en el mundo.
Pero no tendría tan buenas perspectivas este proyecto turístico sin el plan de manejo alentado por la cooperación española. La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) realiza una decidida apuesta por el desarrollo amazónico. Y la mejor noticia es que acaba de renovar ese apoyo hasta el 2010 mediante el Proyecto Araucaria- Amazonas. El coordinador de este proyecto, Manuel Martín, explicó que el aporte, que puede bordear el millón de euros, "se ve justificado" por el gran valor ecológico del denominado "pulmón del mundo".
La nueva etapa de Araucaria prevé poner especial atención en la "zona de amortiguamiento" de la Reserva. Con mayor sensibilización a las comunidades frente a la tala ilegal de árboles y al tráfico de madera, mayor apoyo a la salud, la educación y a la gestión ambiental.

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