martes, 3 de julio de 2007

Canto Esclavo

(Una joyita de don Patricio Manns, Canción III de “El sueño americano”)


Mira mis manos, mi cara
curtida por tanto invierno:
en cada arruga de piedra
yo guardo el nombre de un muerto.
a
Mira mi espalda quemada
por látigos carniceros:
en cada surco violeta
yo guardo el grito de un muerto.

Quechua fue mi padre, maya
fue el padre de mis abuelos:
desde México hasta Arauco
hay un camino de muertos.

Mira mis manos, con ellas
arañé el oro sangriento:
son manos americanas,
garras teñidas de duelo.

Miles y miles de barcos
se van por el mar abierto.
El Siglo de Oro se eleva
con piedras de sufrimiento.
a
Soy el hijo de los hijos
de un esclavo de otro tiempo:
tal vez también cuando crezca
sea esclavo el hijo nuestro.
a
Ay amor, cómo han teñido
de sangre las cosas nuestras:
la tierra que nutre al pan,
la rosa que ahoga la estrella,
el río de los barqueros,
el camino de la selva,
los tristes sueños del indio,
la paz del indio en su tierra.

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