Este reportaje lo escribí en mis tiempos de El Sur. Bellos recuerdos de un paso que, sin ser el mejor, me permitió adentrarme en los temas que han dado sentido a mi vida. Espero que comprendan ciertas "ingenuidades", era el año 1998, tenía 25 años... con el tiempo vemos que este proyecto no pasó de ser "piloto"... han transcurrido 9 años, y aún no se observan cambios determinantes hacia esta interculturalidad, sólo buenas voluntades aisladas.
A
Desde 1996, ocho escuelas rurales de la provincia de Arauco con alto porcentaje de alumnos indígenas están aplicando el proyecto Educación Intercultural Bilingüe, tras un convenio entre CONADI y MINEDUC. A la fecha ya se observan resultados positivos: los niños han mejorado su autoestima y están experimentando el orgullo de ser mapuches.
La cultura chilena no es sólo occidental. Aquí también coexisten etnias que incluso antes de la llegada de los conquistadores ya poseían una cosmovisión propia. Hoy, esas culturas originarias, como en muchas partes del mundo, no son más que la expresión aislada de un ínfimo sector nacional que cada día pierde más terreno.
Esta situación genera un desequilibrio vicioso en desmedro de la minoría. La cultura dominante no entiende y discrimina; y las minorías se acostumbran a verse a sí mismos como pequeñas e inútiles, con incomprendidas tradiciones, desconocidos idiomas y apellidos ocultos.
Ese es el concepto que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) está tratando de revertir a través de un plan Educativo Intercultural Bilingüe (EIB) que permite, desde los primeros años de enseñanza escolar, crear un nuevo enfoque del "ser" indígena.
"La propuesta nace dentro de una sala de clases, entrega conocimientos propios de la cultura mapuche, chilena y universal, y asume la enseñanza en su idioma mapudungun", señala el antropólogo Gonzalo Toledo, encargado del Fondo de Desarrollo Indígena y de Cultura y Educación de la Conadi.
Añade que asumir este concepto permite anticiparse a lo que será la educación del futuro en que la globalización acercará culturas distintas, que se deben aprender y conocer desde sí mismas. "Se enseña el respeto y se impulsa el deseo de la diferencia, asumida sin complejos, dejando atrás aquella concepción etnocéntrica que coloca a todo lo occidental como algo superior", apunta.
Oportunidad histórica
La propuesta surgió en Chile hace cinco años con la promulgación de la Ley Indígena. La normativa autoriza a la Conadi, en áreas de alta densidad aborigen, desarrollar un sistema educativo apoyado por organismos del Estado para generar entre los alumnos indígenas un desenvolvimiento adecuado, tanto en su sociedad de origen como en la global.
De esta manera, se recogió la experiencia que viven otros países latinoamericanos con alta población originaria como México, Guatemala, Bolivia, Ecuador y Perú, y se planteó para Chile como un proyecto piloto de tres años de duración. Pasada esa fecha, se presentará ante el Ministerio de Educación (Mineduc) con el fin de que se incorpore a la reforma educacional. Este es un principio fundamental del proyecto, porque se termina con el plan único para todos los alumnos del país, basado en patrones castellanos de asimilación, y se otorga una oportunidad histórica a las comunidades indígenas para solucionar sus grandes conflictos culturales.
En 1995 la Conadi firmó un convenio con el Mineduc para realizar experiencias pilotos en distintas regiones del país. Las seleccionadas fueron la I, II, V, VIII, IX y X Regiones. En nuestra zona, la Conadi determinó a cuatro escuelas básicas, entre Cañete y Tirúa, e igual cantidad Mineduc. Luego, vía licitación de la corporación, dos escuelas las adjudicó la consultora Siedes y dos el Departamento de Sociología de la Universidad de Concepción.
Con el espacio definido, en 1996 partió la aplicación del diseño curricular en las aulas municipales que apoya y financia el Mineduc: Choque, Ranquilhue Grande, San Ramón y Ponotro.
En estos establecimientos el proyecto culmina este año y tuvo un costo de 27 millones de pesos. "Esta propuesta demuestra que se mejora el aprendizaje, la comprensión intelectual, y los procesos afectivos, sociales y de autoestima entre los pequeños mapuches que forman más del 50 por ciento de la matrícula en algunas escuelas", explica Gastón Retamal, jefe del Departamento de Educación, Secreduc VIII Región.
El tratamiento de cada una de las unidades se orienta a la preservación de los modos de vida, a través de la proyección de la lengua y cultura mapuche. "La idea final es que se formen indígenas capaces de desempeñarse normalmente y sin discriminación alguna en diversos contextos sociales y culturales, y con sí mismos. Además, formar conciencia en toda la sociedad respecto al valor de los pueblos indígenas", añade Retamal.
Mapuches y huincas comparten sala
En las escuelas de Collico y de Lleu-Lleu Bajo, ambas de Cañete, el departamento de Sociología de la Universidad de Concepción desarrolla su segundo año de ejecución. Aquí, como en el resto de los establecimientos, se está aplicando el rescate del uso de la lengua mapudungun a través de conceptos prácticos.
"Se introducen al aula personas de la comunidad, previa capacitación de tres meses, como artesanos en telar, ñocha o expertos en chueca", señala Claudio González, sociólogo rural y director del proyecto en esa zona.
En este sector, el 40 por ciento de la matrícula escolar es mapuche, un porcentaje que no impide que más de la mitad huinca también reciba la educación bilingüe. Una situación ventajosa, porque al estar juntos en una sala el niño mestizo descubre otra cultura que también es valiosa y respetable. Al mismo tiempo, se eliminan los prejuicios por ambos lados.
En este sector, el 40 por ciento de la matrícula escolar es mapuche, un porcentaje que no impide que más de la mitad huinca también reciba la educación bilingüe. Una situación ventajosa, porque al estar juntos en una sala el niño mestizo descubre otra cultura que también es valiosa y respetable. Al mismo tiempo, se eliminan los prejuicios por ambos lados.
Los métodos que se están utilizando para la introducción de los elementos culturales no constituyen un cambio radical en los programas educativos que presentan todas las escuelas del país. Sólo hay una adecuación de éstos a la realidad mapuche. Por ejemplo, un apresto (método para la iniciación de la escritura) creado por la doctora en linguística María Catrileo, conserva los conceptos de la línea y el círculo como base, pero se agregan símbolos indígenas.
Una de las técnicas del departamento de Sociología fue la creación de quince lecciones en que se introducen términos a través de diálogos relacionados con situaciones cotidianas. Todo el proceso de enseñanza se refuerza con video y audio.
Las clases son impartidas por dos profesores y en una sala se reúnen los cursos de primero a sexto. En la escuela de Collico los alumnos son 40 y 37 en la de Lleu-Lleu Bajo.
En el primer año de ejecución, Sociología recibió poco más de 8 millones de pesos que se inviertieron en una fotocopiadora, un video, un televisor, materiales para los trabajos artesanales y en el pago adicional para los profesores. Este año contarán con la mitad del presupuesto.
González considera que las metas más importantes son contar con pedagogos incentivados que no pierdan el interés y que se adopte en forma permanente el idioma mapudungun, a diferencia del inglés o francés que se conoce en el colegio y luego se olvida.
En este sector destaca el profesor y director de la escuela Lleu-Lleu Bajo, Nicolás Calbullanca. El es un ferviente gestor de ideas nuevas, como el EIB que ya conocía y que de alguna manera aplicaba desde antes de que se formalizara en nuestro país. Don Nicolás confía plenamente en esta propuesta educacional y colabora para que no quede en un proyecto piloto. Creó un diccionario mapuche-español y un manual de EIB para que cualquier profesor pueda interiorizarse en la materia.
Bilingüismo, un derecho humano
La consultora Siedes comenzó la aplicación del EIB en noviembre del ‘97, en las escuela Toki Caupolicán y Ranquilhue, de las comunas de Cañete y Tirúa, respectivamente.
El énfasis que puso Siedes fue en el concepto de comunidad mapuche. A partir de ahí se diseñaron las actividades a seguir, como la adecuación mínima del mapudungun al chedungun, lengua utilizada por los lafquenches (rama étnica costera). "Es primordial el respeto a la lengua, cultura y comunidad, porque ese es un derecho que tienen los hombre de todo el mundo", afirma Christián Martínez, director de la consultora.
Otra de las medidas fue la inclusión de juegos como el palín o chueca, donde fue necesaria la colaboración de la comunidad. Esto permitió que los apoderados llegaran a la escuela y así dar los primeros pasos para eliminar la hostilidad en torno a su cultura. "Los padres ayudan a dictar la clase y pasan a ser tan autoridad como el profesor titular", dice Martínez.
En el primer programa contaron con 11 millones de pesos que se invirtieron en materiales como computadores, grabadoras de audio y la publicación de cuatro textos: Proyectos Educativos de IBM Mapuche, Pichi Achawall (guía para el profesor y texto de enseñanza de mapudungun para niños) y Toki Kura-Arawco-Epew. Este último, consiste en una recopilación de historias narradas por los propios niños, luego de entrevistas a sus parientes. En esta publicación Christian Martínez trabajó junto a Elisa Loncon. "Los textos dieron una respuesta valiosa. Los niños pudieron verse a sí mismos y sentirse orgullosos de su trabajo", afirma Martínez.
El EIB permite que los niños indígenas y sus padres sean reconocidos como poseedores de conocimientos particulares. Al llegar a la escuela, los pequeños ya conocen su realidad inmediata y sus padres, con escasa educación formal, dejan de ser ignorantes, porque conocen más que nadie la cultura mapuche. Además, en estos últimos años se ha confirmado que esta propuesta educacional enfoca y sugiere respuestas positivas para un viejo problema de la humanidad: el cómo enfrentar -respetando y valorando- la diversidad de expresiones culturales que caracterizan a todas las sociedades y el mundo entero.
La formación profesional
Paralelo a este trabajo educativo en las escuelas de la provincia de Arauco, también se desarrollan otras experiencias con población indígena a nivel pre-escolar, a cargo de la Junta Nacional de Jardines Infantiles. De éstos, tres son en la misma provincia y dos en el Alto Bío Bío.
Asimismo, diez profesores chilenos mapuches y aymaras comenzaron este año en Bolivia un programa de formación en EIB, gracias a un convenio entre la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, y la corporación alemana Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit.
Actualmente, en la Universidad Católica de Temuco y en la Universidad de Tarapacá en Iquique existen carreras que forman profesores en ambos idiomas, respectivamente. A partir del próximo año también se impartirá esta materia en la Universidad de la Frontera de Temuco, de Tarapacá (Arica) y en la Academia de Humanismo Cristiano (Santiago).
Por ahora se espera que llegue el año 2000, fecha en que se evaluarán las propuestas pilotos y se decidirá su viabilidad para extenderlas a los establecimientos educacionales con población indígena. Según personeros de la Conadi de Cañete, también se pretende que este modelo educativo se aplique en todos los centros estudiantiles de enseñanza básica y media de la provincia de Arauco y del Area de Desarrollo Indígena de Alto Biobío, aunque no se caractericen por la presencia de alumnos indígenas.
Francesco Chiodi, antropólogo "La EIB es respuesta al sistema educativo"
Lleva diez años viviendo en nuestro país y, sin perder su identidad italiana, ya se siente un poco chileno. "He aprendido a comunicarme en una segunda lengua, el castellano, y seguramente me siento más ‘intercultural’ que el día en que llegué a Chile", reconoce Francesco Chiodi, antropólogo y asesor del proceso de desarrollo de la EIB en Chile.
Su apoyo está presente en muchas naciones latinoamericanas y actualmente termina el diseño de un programa de maestría en EIB que se iniciará el próximo año en algunas facultades universitarias, además de asesorar a la Conadi en esta materia. El año pasado trabajó con algunos docentes y expertos para dar vida a la primera experiencia de EIB en escuelas de Santiago: "un gran desafío porque en la capital casi no se hablan las lenguas aborígenes y los indígenas emigrados han abandonado gran parte de sus tradiciones culturales".
Define la EIB como un vasto movimiento educativo que plantea que los alumnos indígenas tienen derecho a una educación coherente con su cultura y a afianzar su entidad como miembros de un pueblo indígena, asumiendo que su lengua y cultura no debe ser tratada como intrusas en un aula, sino como recursos pedagógicos.
También, explica que la centralidad de la lengua y cultura indígena no significa encerrar al niño en su mundo, sino la presencia de dos lenguas (la indígena y la de comunicación nacional) que permite a los pequeños adquirir preparación para actuar en un sistema en que conviven y se mezclan culturas diferentes.
"La educación intercultural no fomenta el relativismo cultural aséptico ni la autocomplacencia cultural, sino que intenta abrir el niño a la experiencia de otras trayectorias culturales, trata de estimular su curiosidad y su capacidad de conocer y aprender, de ensanchar sus horizontes", comenta.
Chiodi afirma que este modelo debería ser una propuesta educativa, sobre todo en los países con una configuración eminentemente interétnica como en América Latina: "La EIB se desarrolla como una respuesta a la injusticia de sistemas educativos que pretenden uniformar a los niños indígenas a los patrones de vida de la cultura urbano-occidental, castellanizándolos a la fuerza para que se olviden de sus lenguas".
Aunque reconoce que el escenario mundial ha mejorado en esta materia, de igual forma admite que el camino a recorrer es muy largo: "Esto no se trata sólo de una educación más justa, sino también del deseo de dar a las nuevas generaciones indígenas una posibilidad para seguir siendo mapuche, aymara o rapanui en Chile, de seguir hablando las lenguas y de desarrollarlas en todos los campos de la vida social, de mantener las tradiciones, de renovarlas y transformarlas, pero libremente, no por la imposición externa de la cultura dominante".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario