viernes, 22 de junio de 2007

Y las víctimas del Fondo del Libro?

El caso de mi amiga Pauli

Amig@s: con dolor, una vez más, traigo a este, mi lugar personal, un nuevo hecho de injusticia. A continuación leerán los descargos de mi gran amiga PAULINA PÉREZ DIEZ, quien pudo comprobar con su humilde experiencia otra putrefacta acción de nuestras entidades estatales dedicadas al ARTE y la CULTURA. Entérense... pasen más adelante...
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Al comenzar a escribir esta carta, pienso en una anécdota de mi papá, que posiblemente ocurrió a mediados de la década del 50 en un establecimiento educacional de Talcahuano, cuando los niños se enseñaban con letra y sangre, bajo la rígida moral imperante en aquellos tiempos represivos.

En las clases de Artes Plásticas, la profesora, una señora entrada en años, se dedicaba a dormir. El encargo de la docente a sus alumnos (antes de lanzarse a los brazos de Morfeo) era “realizar el dibujo de un paisaje”. Los niños, rebeldes y evidentemente deseosos de ir contra de la autoridad dictadora, se las ingeniaron para burlar a esta vetusta maestra, haciendo un solo dibujo. Sí, un solo dibujo, que iban presentando como si fuera propio. Ella, según la amistad o enemistad que sentía hacia el niño que se le paraba en frente, evaluaba el “talento artístico”. Pérez, mi padre, siempre obtenía un cuatro… pero otros chicos conseguían el ansiado siete.

Cinco décadas después, a mí me ocurre lo mismo. La maestra vetusta, dormida sobre sus robustas ancas alimentadas por el poder, es el Fondo del Libro, específicamente la línea “Fomento a la creación literaria”. ¡Qué título más irónico! ¿Fomento de qué?

Expongo: el año 2006, postulé a dicho Fondo estatal, público, destinado a todas “las chilenas y chilenos” (como le gusta hablar al Gobierno). En el primer grupo me incluyo yo, chilena, periodista, según yo, “escritora emergente”, con la esperanza de conseguir algo de dinero para viajar a Santiago y visitar editoriales, quién sabe si alguien se interesa en esa irreverencia llamada “Extraviado y anonadados”, la novela en cuestión. Postulé, como todos, con la novela impresa en calidad borrador, trabajo que el jurado de entonces, año 2006, evaluó de la siguiente manera:
· Fundamento de la Evaluación Técnica: Buen proyecto, no adolece de errores técnicos.
· Fundamento de la Evaluación Cualitativa: Proyecto interesante se recrea la historia de los hijos de militantes del Mir asesinados en la “distadura” (se incluye el horror ortográfico).
· Fundamentación: Estimado(a) participante: Este proyecto, de acuerdo a su puntaje (sobre 80 puntos), fue considerado de una calidad suficiente como para ser contemplado para su financiamiento. Sin embargo, en la modalidad en que Ud. ha participado, el Consejo Nacional del Libro y la Lectura ha seleccionado para su financiamiento –de acuerdo a los recursos disponibles- proyectos que obtuvieron aún más puntaje o que pertenecían a regiones distintas a la metropolitana. Le expresamos nuestro sincero agradecimiento por haber participado en esta actividad destinada a fomentar el desarrollo del libro y la lectura en nuestro país. (Extraído de la página Web de la que soy usuaria,
http://www.fondosdecultura.cl/, con nombre de usuario y contraseña).

- Alcance: la novela no se trata de la historia de los hijos de militantes del Mir asesinados en la dictadura.
Aquel año me quedé con gusto a poco, pero satisfecha de alguna manera por haber llegado hasta el final del certamen con mi postulación.


El problema se da este año, 2007. Nuevamente viene a mi mente la profesora durmiendo… y el dibujo de los escolares… la misma novela, la misma postulante, las mismas condiciones, a excepción que el Fondo del Libro, “Fomento a la creación literaria”, aumentó en 500 mil pesos. La evaluación del jurado 2007 fue la siguiente:
· Fundamento de la Evaluación Técnica : curriculum de periodista con inquietudes literarias en etapa básica (a mí me suena a despectivo…)
· Fundamento de la Evaluación Cualitativa: Lenguaje trivial, ramplón, grosero, sin vuelo literario.
· Fundamentación: no hay
(Extraído de la página Web: http://www.fondosdecultura.cl/)

Ahora, el análisis.

1) No puede ser que la evaluación de la misma obra literaria disminuya de 72%, del año 2006, a 11%, el año 2007. No si un jurado es lo suficientemente objetivo como para distanciarse de los estilos, de las tendencias estéticas, políticas, de la diversidad que implica un ejercicio tan amplio como es escribir. No quiero incurrir en la ingenuidad de pensar que la “descortés” (por decirlo de alguna manera) y sobre todo superficial evaluación de este año es la errada, y que la buena impresión que causé el 2006 equivale a la realidad. Simplemente, la oposición de ambas respuestas da cuenta de un PROCESO IRREGULAR, algo que no corresponde a un certamen convocado por el Estado y, por lo tanto, financiado por todas “las chilenas y chilenos”.

2) No me basta el alcance “lenguaje trivial, ramplón, grosero, sin vuelo literario” de “mi jurado 2007”… no de una obra que tiene más de 318 pantallas de computador, escritas en Tahoma, interlineado sencillo, a 12 puntos. Creo que más bien corresponde a una humillación de la que no me puedo defender, porque no tengo el poder ni tampoco los recursos como para imprimir bajo auto edición esta gruesa novela. Un buen análisis reseña la historia, la originalidad del formato, se develan debilidades, se desnudan los personajes, protagonistas y secundarios, se analiza la coherencia… yo quiero una oportunidad para FOMENTAR MI CREACIÓN, como dice el nombre de este estímulo. Y no que un jurado me quite toda gana de escribir con un sablazo moralista y dictador.

3) Respecto de lo mismo: el concurso invita a los escritores a acercarse con total esperanza, a mostrar sus trabajos, a atreverse. Les promete: “Fomento a su creación literaria”. ¿Creen ustedes que después de tan “elogioso” comentario yo y quizás cuántos “chilenas y chilenos” tendremos ganas de mostrar nuestras incursiones en las letras…? Me pregunto cómo superaron estas humillaciones Henry Miller o Bukowski. Quienes, para el jurado del Fondo del Libro 2007, de seguro, no debieron existir. O han de constituir un ejemplo de “falta de vuelo literario”.

4) Dice la Licenciada guatemalteca Marcia Vázquez de Schwank, en un texto citado por Liliana Pellicer en la Revista D (página Web: http://www.prensalibre.com/): “la crítica literaria debe incluir la ubicación del autor y a la obra en su contexto, un análisis del tema, del argumento, de los personajes (si se trata de una obra narrativa) y la facilidad comunicativa del autor a través del lenguaje, de los recursos retóricos, de la musicalidad (si se trata de un poema o de una prosa poética). Una vez analizados todos los aspectos mencionados, tanto de contenido como de forma, debe hacerse un juicio crítico”. Si bien Marcia Vázquez habla de crítica, y yo de evaluación, creo que es legítimo hacer un paralelo: ambas cosas se relacionan íntimamente.

YO NO SIENTO HABER RECIBIDO EL TRATO PROPUESTO POR VÁZQUEZ DE SCHWANK. Creo que se me evaluó desde las vísceras, desde la óptica de la pluma clásica, bella y buena de nuestros amados autores de comienzos del siglo XX. Pero soy hija de los tiempos de hoy, tanto desde el punto de vista espiritual y literario, con la fealdad que se ha instalado en nuestro medio a través de la globalización y la enajenación del hombre. Mis personajes, seres abandonados, solos, descreídos, efectivamente emplean un lenguaje grotesco, sucio, falto de fe. Se entiende, entonces, que no tengan un trato formal entre sí, “vos sabéis, doncella”. El contexto de la novela ES DIFERENTE.

5) Ahora bien, me asalta otro alcance: ¿hablamos de los Fondos de Cultura? Del Libro, sí, pero ¿no pertenece a los fondos culturales concursables que han sido pauta de tanta discusión? ¿qué pasó entonces con la casa de vidrio y la actriz Daniela Tobar orinando frente a toda una nación? ¿qué pasó con el falo de Machalí? ¿qué pasó con un Prat gay, padre de la Patria de dudosa virilidad? ¿y con Simón Bolívar con la mano empuñada con el dedo del medio enhiesto, y los “pechos” al aire…? ¿Se horrorizan entonces ahora, los señores jurados, porque una mujer escribe “maricón” en los diálogos de sus personajes? ¿Nunca han oído en la calle, ya sea en el barrio alto o en los más bajos fondos a nadie referirse a otro de esa manera? Nuevo reparo: un jurado debe ser OBJETIVO, especialmente en el tema del Fondart y de los Fondos Concursables.

Nuevamente imagino a la profesora durmiendo, y a los niños, con sus pantalones cortos y sus overoles de crea cruda, riendo a su alrededor, con el dibujo a medio rasgar…


6) Vamos con más (hay mucho más, señores, espero no aburrirles). En este pseudo “Fomento a la Creación Literaria”, las regiones de Chile obtuvieron los siguientes financiamiento: Tarapacá, 1 proyecto financiado; Antofagasta, 0; Atacama, 0; Coquimbo, 1; Valparaíso, 19 (no olvidar que allí está la sede del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, igual es poco según esa óptica); O´Higgins, 1; Maule, 4; Bío Bío, 5; Araucanía, 6; Los Lagos, 6; Aysén, 0; Magallanes y la Antártica Chilena, 0; REGIÓN METROPOLITANA: 64. Según el último censo (INE), la Región Metropolitana equivale al 40% del la población nacional; en el Fondo del Libro, esta cifra está inflada a un 58,7%* ¿No será mucho? ¿No será tiempo de frenar los excesos de ese país sin principios?
(*Sólo consideré en las cifras a los proyectos postulados en la línea “Fomento a la producción literaria”, “Género: proyecto escritural”).

7) Ahora, las bases. Estimado jurado del Fondo del Libro 2007: ¿por qué no modifican las bases de este famoso y anhelado concurso, prohibiendo “escritos en los que se emplea lenguaje trivial, ramplón, grosero y sin vuelo literario”? Que yo sepa, en las bases SÓLO SE EXPLICITA “novela, cuento, poesía, ensayo, géneros referenciales (crónicas, memorias, testimonios), literatura para niñas y niños, literatura juvenil y dramaturgia”, y uso obligatorio de “idioma español”. Nada más. Nada de restricciones para garabatos y usos urbanos de lenguaje y léxico.

8) Finalmente, ¿qué pasa con las irregularidades? Hay un caso de Coquimbo, notable. En la nómina de proyectos inadmisibles, publicada en la página Web http://www.fondosdecultura.cl/ el 7 de mayo de este año, aparece el proyecto “12 Encuentro del Mundo de la Cultura”, presentado por la Sociedad de Escritores de Chile (folio 51833). El fundamento de la inadmisibilidad es: “No cumple con las bases, Título II, Item 2.7, Letra B (Antecedentes obligatorios especiales del proyecto), B.1 Cartas de compromiso con los administradores de espacios donde se realizarán las actividades”. Sin embargo, en el listado oficial de proyectos aprobados, la postulación aparece muy aprobada, publicada en el último lugar de los proyectos de la Región de Coquimbo, en la línea “Fomento del Libro”.

Otro punto que llamó mi atención es “Memory Motel”, la novela premiada por el Fondo, postulada desde el extranjero por María José Viera-Gallo Chadwick, hija del ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo y María Teresa Chadwick, Secretaria Ejecutiva de CONACE. Pregunto: ¿no sería más ético aplicar un criterio más bien de “probidad” a estos casos? Con la mano en el corazón, aún más, dentro de él, en el alma: ¿no tendrá María José Viera-Gallo el dinero suficiente como para publicar solita sus libros? ¿no sería más conveniente que dejara a otros “chilenas y chilenos” pobres, como yo, la oportunidad de hacer uso de estos fondos del Estado? No es cosa de ley. Es de sentido común. Y de moral.

Bueno, estimados míos.
Esa es toda mi exposición, muy dolorosa, de por cierto.
Espero que me acojan, necesito apoyo. No puedo sola. Soy demasiado invisible y pequeña para gritar y ser oída en un Chile de farándula y de acomodos políticos. No me apellido Viera-Gallo Chadwick, mi dibujo no goza del beneplácito de la maestra dormida. No soy Pamela Jiles, quien escribe “poto” sin horrorizar a nadie; al contrario, ella es elogiada y súper ventas escriba lo que escriba. Me cuento dentro de las “cien personas menos influyentes de este país”, con el estigma de no tener dinero ni tampoco militancia, del no reconocimiento y lo que es peor, “que hace literatura trivial, grosera y ramplona, sin vuelo literario”.

¿Realmente no tengo vuelo?

¿QUIÉN SE SIENTE TAN CAPAZ COMO PARA CORTARME LAS ALAS?...

Paulina Pérez Diez, periodista
Celular: 88033517

Conce city, junio de 2007

viernes, 8 de junio de 2007

Para aprender y valorar el ser mapuche

Este reportaje lo escribí en mis tiempos de El Sur. Bellos recuerdos de un paso que, sin ser el mejor, me permitió adentrarme en los temas que han dado sentido a mi vida. Espero que comprendan ciertas "ingenuidades", era el año 1998, tenía 25 años... con el tiempo vemos que este proyecto no pasó de ser "piloto"... han transcurrido 9 años, y aún no se observan cambios determinantes hacia esta interculturalidad, sólo buenas voluntades aisladas.
A
Desde 1996, ocho escuelas rurales de la provincia de Arauco con alto porcentaje de alumnos indígenas están aplicando el proyecto Educación Intercultural Bilingüe, tras un convenio entre CONADI y MINEDUC. A la fecha ya se observan resultados positivos: los niños han mejorado su autoestima y están experimentando el orgullo de ser mapuches.
La cultura chilena no es sólo occidental. Aquí también coexisten etnias que incluso antes de la llegada de los conquistadores ya poseían una cosmovisión propia. Hoy, esas culturas originarias, como en muchas partes del mundo, no son más que la expresión aislada de un ínfimo sector nacional que cada día pierde más terreno.

Esta situación genera un desequilibrio vicioso en desmedro de la minoría. La cultura dominante no entiende y discrimina; y las minorías se acostumbran a verse a sí mismos como pequeñas e inútiles, con incomprendidas tradiciones, desconocidos idiomas y apellidos ocultos.

Ese es el concepto que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) está tratando de revertir a través de un plan Educativo Intercultural Bilingüe (EIB) que permite, desde los primeros años de enseñanza escolar, crear un nuevo enfoque del "ser" indígena.

"La propuesta nace dentro de una sala de clases, entrega conocimientos propios de la cultura mapuche, chilena y universal, y asume la enseñanza en su idioma mapudungun", señala el antropólogo Gonzalo Toledo, encargado del Fondo de Desarrollo Indígena y de Cultura y Educación de la Conadi.
Añade que asumir este concepto permite anticiparse a lo que será la educación del futuro en que la globalización acercará culturas distintas, que se deben aprender y conocer desde sí mismas. "Se enseña el respeto y se impulsa el deseo de la diferencia, asumida sin complejos, dejando atrás aquella concepción etnocéntrica que coloca a todo lo occidental como algo superior", apunta.

Oportunidad histórica

La propuesta surgió en Chile hace cinco años con la promulgación de la Ley Indígena. La normativa autoriza a la Conadi, en áreas de alta densidad aborigen, desarrollar un sistema educativo apoyado por organismos del Estado para generar entre los alumnos indígenas un desenvolvimiento adecuado, tanto en su sociedad de origen como en la global.

De esta manera, se recogió la experiencia que viven otros países latinoamericanos con alta población originaria como México, Guatemala, Bolivia, Ecuador y Perú, y se planteó para Chile como un proyecto piloto de tres años de duración. Pasada esa fecha, se presentará ante el Ministerio de Educación (Mineduc) con el fin de que se incorpore a la reforma educacional. Este es un principio fundamental del proyecto, porque se termina con el plan único para todos los alumnos del país, basado en patrones castellanos de asimilación, y se otorga una oportunidad histórica a las comunidades indígenas para solucionar sus grandes conflictos culturales.

En 1995 la Conadi firmó un convenio con el Mineduc para realizar experiencias pilotos en distintas regiones del país. Las seleccionadas fueron la I, II, V, VIII, IX y X Regiones. En nuestra zona, la Conadi determinó a cuatro escuelas básicas, entre Cañete y Tirúa, e igual cantidad Mineduc. Luego, vía licitación de la corporación, dos escuelas las adjudicó la consultora Siedes y dos el Departamento de Sociología de la Universidad de Concepción.

Con el espacio definido, en 1996 partió la aplicación del diseño curricular en las aulas municipales que apoya y financia el Mineduc: Choque, Ranquilhue Grande, San Ramón y Ponotro.

En estos establecimientos el proyecto culmina este año y tuvo un costo de 27 millones de pesos. "Esta propuesta demuestra que se mejora el aprendizaje, la comprensión intelectual, y los procesos afectivos, sociales y de autoestima entre los pequeños mapuches que forman más del 50 por ciento de la matrícula en algunas escuelas", explica Gastón Retamal, jefe del Departamento de Educación, Secreduc VIII Región.

El tratamiento de cada una de las unidades se orienta a la preservación de los modos de vida, a través de la proyección de la lengua y cultura mapuche. "La idea final es que se formen indígenas capaces de desempeñarse normalmente y sin discriminación alguna en diversos contextos sociales y culturales, y con sí mismos. Además, formar conciencia en toda la sociedad respecto al valor de los pueblos indígenas", añade Retamal.

Mapuches y huincas comparten sala

En las escuelas de Collico y de Lleu-Lleu Bajo, ambas de Cañete, el departamento de Sociología de la Universidad de Concepción desarrolla su segundo año de ejecución. Aquí, como en el resto de los establecimientos, se está aplicando el rescate del uso de la lengua mapudungun a través de conceptos prácticos.

"Se introducen al aula personas de la comunidad, previa capacitación de tres meses, como artesanos en telar, ñocha o expertos en chueca", señala Claudio González, sociólogo rural y director del proyecto en esa zona.
En este sector, el 40 por ciento de la matrícula escolar es mapuche, un porcentaje que no impide que más de la mitad huinca también reciba la educación bilingüe. Una situación ventajosa, porque al estar juntos en una sala el niño mestizo descubre otra cultura que también es valiosa y respetable. Al mismo tiempo, se eliminan los prejuicios por ambos lados.

Los métodos que se están utilizando para la introducción de los elementos culturales no constituyen un cambio radical en los programas educativos que presentan todas las escuelas del país. Sólo hay una adecuación de éstos a la realidad mapuche. Por ejemplo, un apresto (método para la iniciación de la escritura) creado por la doctora en linguística María Catrileo, conserva los conceptos de la línea y el círculo como base, pero se agregan símbolos indígenas.

Una de las técnicas del departamento de Sociología fue la creación de quince lecciones en que se introducen términos a través de diálogos relacionados con situaciones cotidianas. Todo el proceso de enseñanza se refuerza con video y audio.

Las clases son impartidas por dos profesores y en una sala se reúnen los cursos de primero a sexto. En la escuela de Collico los alumnos son 40 y 37 en la de Lleu-Lleu Bajo.

En el primer año de ejecución, Sociología recibió poco más de 8 millones de pesos que se inviertieron en una fotocopiadora, un video, un televisor, materiales para los trabajos artesanales y en el pago adicional para los profesores. Este año contarán con la mitad del presupuesto.

González considera que las metas más importantes son contar con pedagogos incentivados que no pierdan el interés y que se adopte en forma permanente el idioma mapudungun, a diferencia del inglés o francés que se conoce en el colegio y luego se olvida.

En este sector destaca el profesor y director de la escuela Lleu-Lleu Bajo, Nicolás Calbullanca. El es un ferviente gestor de ideas nuevas, como el EIB que ya conocía y que de alguna manera aplicaba desde antes de que se formalizara en nuestro país. Don Nicolás confía plenamente en esta propuesta educacional y colabora para que no quede en un proyecto piloto. Creó un diccionario mapuche-español y un manual de EIB para que cualquier profesor pueda interiorizarse en la materia.

Bilingüismo, un derecho humano

La consultora Siedes comenzó la aplicación del EIB en noviembre del ‘97, en las escuela Toki Caupolicán y Ranquilhue, de las comunas de Cañete y Tirúa, respectivamente.

El énfasis que puso Siedes fue en el concepto de comunidad mapuche. A partir de ahí se diseñaron las actividades a seguir, como la adecuación mínima del mapudungun al chedungun, lengua utilizada por los lafquenches (rama étnica costera). "Es primordial el respeto a la lengua, cultura y comunidad, porque ese es un derecho que tienen los hombre de todo el mundo", afirma Christián Martínez, director de la consultora.

Otra de las medidas fue la inclusión de juegos como el palín o chueca, donde fue necesaria la colaboración de la comunidad. Esto permitió que los apoderados llegaran a la escuela y así dar los primeros pasos para eliminar la hostilidad en torno a su cultura. "Los padres ayudan a dictar la clase y pasan a ser tan autoridad como el profesor titular", dice Martínez.

En el primer programa contaron con 11 millones de pesos que se invirtieron en materiales como computadores, grabadoras de audio y la publicación de cuatro textos: Proyectos Educativos de IBM Mapuche, Pichi Achawall (guía para el profesor y texto de enseñanza de mapudungun para niños) y Toki Kura-Arawco-Epew. Este último, consiste en una recopilación de historias narradas por los propios niños, luego de entrevistas a sus parientes. En esta publicación Christian Martínez trabajó junto a Elisa Loncon. "Los textos dieron una respuesta valiosa. Los niños pudieron verse a sí mismos y sentirse orgullosos de su trabajo", afirma Martínez.

El EIB permite que los niños indígenas y sus padres sean reconocidos como poseedores de conocimientos particulares. Al llegar a la escuela, los pequeños ya conocen su realidad inmediata y sus padres, con escasa educación formal, dejan de ser ignorantes, porque conocen más que nadie la cultura mapuche. Además, en estos últimos años se ha confirmado que esta propuesta educacional enfoca y sugiere respuestas positivas para un viejo problema de la humanidad: el cómo enfrentar -respetando y valorando- la diversidad de expresiones culturales que caracterizan a todas las sociedades y el mundo entero.

La formación profesional

Paralelo a este trabajo educativo en las escuelas de la provincia de Arauco, también se desarrollan otras experiencias con población indígena a nivel pre-escolar, a cargo de la Junta Nacional de Jardines Infantiles. De éstos, tres son en la misma provincia y dos en el Alto Bío Bío.

Asimismo, diez profesores chilenos mapuches y aymaras comenzaron este año en Bolivia un programa de formación en EIB, gracias a un convenio entre la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, y la corporación alemana Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit.

Actualmente, en la Universidad Católica de Temuco y en la Universidad de Tarapacá en Iquique existen carreras que forman profesores en ambos idiomas, respectivamente. A partir del próximo año también se impartirá esta materia en la Universidad de la Frontera de Temuco, de Tarapacá (Arica) y en la Academia de Humanismo Cristiano (Santiago).

Por ahora se espera que llegue el año 2000, fecha en que se evaluarán las propuestas pilotos y se decidirá su viabilidad para extenderlas a los establecimientos educacionales con población indígena. Según personeros de la Conadi de Cañete, también se pretende que este modelo educativo se aplique en todos los centros estudiantiles de enseñanza básica y media de la provincia de Arauco y del Area de Desarrollo Indígena de Alto Biobío, aunque no se caractericen por la presencia de alumnos indígenas.

Francesco Chiodi, antropólogo "La EIB es respuesta al sistema educativo"

Lleva diez años viviendo en nuestro país y, sin perder su identidad italiana, ya se siente un poco chileno. "He aprendido a comunicarme en una segunda lengua, el castellano, y seguramente me siento más ‘intercultural’ que el día en que llegué a Chile", reconoce Francesco Chiodi, antropólogo y asesor del proceso de desarrollo de la EIB en Chile.

Su apoyo está presente en muchas naciones latinoamericanas y actualmente termina el diseño de un programa de maestría en EIB que se iniciará el próximo año en algunas facultades universitarias, además de asesorar a la Conadi en esta materia. El año pasado trabajó con algunos docentes y expertos para dar vida a la primera experiencia de EIB en escuelas de Santiago: "un gran desafío porque en la capital casi no se hablan las lenguas aborígenes y los indígenas emigrados han abandonado gran parte de sus tradiciones culturales".

Define la EIB como un vasto movimiento educativo que plantea que los alumnos indígenas tienen derecho a una educación coherente con su cultura y a afianzar su entidad como miembros de un pueblo indígena, asumiendo que su lengua y cultura no debe ser tratada como intrusas en un aula, sino como recursos pedagógicos.

También, explica que la centralidad de la lengua y cultura indígena no significa encerrar al niño en su mundo, sino la presencia de dos lenguas (la indígena y la de comunicación nacional) que permite a los pequeños adquirir preparación para actuar en un sistema en que conviven y se mezclan culturas diferentes.

"La educación intercultural no fomenta el relativismo cultural aséptico ni la autocomplacencia cultural, sino que intenta abrir el niño a la experiencia de otras trayectorias culturales, trata de estimular su curiosidad y su capacidad de conocer y aprender, de ensanchar sus horizontes", comenta.

Chiodi afirma que este modelo debería ser una propuesta educativa, sobre todo en los países con una configuración eminentemente interétnica como en América Latina: "La EIB se desarrolla como una respuesta a la injusticia de sistemas educativos que pretenden uniformar a los niños indígenas a los patrones de vida de la cultura urbano-occidental, castellanizándolos a la fuerza para que se olviden de sus lenguas".

Aunque reconoce que el escenario mundial ha mejorado en esta materia, de igual forma admite que el camino a recorrer es muy largo: "Esto no se trata sólo de una educación más justa, sino también del deseo de dar a las nuevas generaciones indígenas una posibilidad para seguir siendo mapuche, aymara o rapanui en Chile, de seguir hablando las lenguas y de desarrollarlas en todos los campos de la vida social, de mantener las tradiciones, de renovarlas y transformarlas, pero libremente, no por la imposición externa de la cultura dominante".